viernes, 13 de octubre de 2017

Las ultimas semanas.

Tenía mucho sin escribir, la verdad estaba en una etapa medió complicada.
Pase unas muy malas semanas pero hace algunos días me di cuenta que empecé a darle atención a cosas que no traen ningún tipo de beneficios a mi vida, empecé a darle valor a personas que en verdad no merecen un gramo de importancia.
De pronto das un paso atrás y te das cuenta que lo mal que te sientes contigo mismo es por dejar de hacer lo que en verdad nos apasiona y dejar de decir “hola” a las personas que en verdad lo ameritan.
Deje de ver el cielo, los hermosos amaneceres y atardeceres que está ciudad nos regala, deje de ver las estrellas que tanto me encantan. Deje de escuchar música que me pone de buen humor, deje de rodar en mi hermosa bebe y todo por prestarle atención a la gente equivocada.
A veces nos torturamos con personas que aparecen en nuestra vida pero la verdad es que no tendríamos por qué hacerlo, ellos son como son porque así decidieron y ni tú ni nadie va hacer algo para cambiarlos, como tú decidiste ser tú ellos decidieron ser así y tal vez solo tal vez si a ti te parecen personas despreciables a otra persona les parecerán increíbles. Es cuestión de perspectiva.
La vida no me deja de sorprender y en esta vida jamás dejare de aprender.

Estas semanas aprendí:

•Ama a quien quiera ser amado.
•No juzgues, todos somos diferentes.
•Let it go, es más sencillo así.
•Si no te necesitan ¿para que quedarte?
•Haz las cosas por ti y solo por ti.
•En está vida estamos solos y así es súper divertido.
•Difiero con Into The Wild “La felicidad es compartida”? Claro que no, la felicidad está en nosotros mismos.

Cada día aprendemos cosas nuevas o cada semana nos enseñamos a ser mejores personas y no está nada mal volver a tropezar con la misma piedra mil veces siempre y cuando cada que tropieces vayas aprendiendo algo hasta que llegue el día que decidas brincarte esa piedra que tanto dolor te ha causado.
Las piedras en la vida pueden ser; situaciones, personas, acciones, etc... pueden ser muchas cosas o incluso pueden ser muchas piedras pero créelo llegará el momento en el que te digas a ti mismo que ya no quieres caminar por la acera empedrada y digas -hoy voy por el asfalto y en moto-, nos hacen falta tantas experiencias en la vida. Pero les confieso que a mi corta edad de 26 años me siento desesperada por aprender más y mas la vida da tantos golpes que después de darlos entiendes él por qué de la situación e incluso agradeces lo mucho que te ha dado la santa experiencia.

i.J



Gracias por leerme *°*°